Un aspecto importante de la propuesta de Educación Socioemocional tiene
que ver con establecer y delimitar los objetivos que persigue, así como las estrategias
y herramientas de las que se vale para alcanzarlos. En este sentido,
es importante recordar que su carácter es de orden pedagógico, de manera
que la puesta en práctica de la misma no genere confusiones metodológicas
o conceptuales asociadas a la psicología o a las ciencias de la salud.
Si bien el campo de las relaciones sociales y las emociones guarda estrecha
relación con el estudio de la psicología humana, esta propuesta educativa
no parte del diagnóstico clínico, y no busca ser una herramienta interpretativa o
terapéutica. Tiene como propósito proveer a los estudiantes y a los docentes de
herramientas para trabajar el ámbito instruccional y las interacciones que ocurren
cotidianamente en el aula, en aspectos socioemocionales cruciales para favorecer
el aprendizaje y la convivencia escolar.
El enfoque pedagógico busca orientar la práctica docente para impulsar
la educación integral de los estudiantes y alcanzar los propósitos que van más
allá de los aspectos disciplinares académicos, pues se asume que está relacionado
con la razón de ser de la educación, con la manera de percibir al estudiante
y con la función del docente en su práctica profesional.
La educación es una tarea compartida, y tanto estudiantes como docentes
aprenden gracias a una interacción enmarcada en el reconocimiento de la
dignidad del otro como ser humano, capaz de transformarse y de transformar su
entorno para expandir las oportunidades de su propia vida y de la de los demás.
Es así como se reconoce la función que cumple la educación “en el desarrollo
de las capacidades necesarias para que las personas puedan llevar una vida con
sentido y dignificada”
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